¿Estamos realmente listos para querer nuestro propio bien? ¿Es nuestro bienestar una verdadera prioridad en nuestras vidas? Y lo más importante, ¿desde dónde emprendemos y llevamos a cabo lo que amamos?
Estas preguntas nos llevan a invitarte a reflexionar sobre la importancia de poner nuestra salud y felicidad en el centro de todo lo que hacemos.
Cuando pensamos en priorizar nuestro bienestar, no solo nos referimos a cuidar nuestra salud física, sino también a nutrir nuestra salud emocional y espiritual.
Es sobre conectarnos con lo que realmente importa y encontrar un equilibrio que nos permita florecer como individuos.
Imagina un mundo donde cada persona se compromete genuinamente con su propio bienestar, con hacer y desarrollar aquello que ama, aquello a lo que vino a esta tierra, aquello que sabe con claridad, aunque aún no sepa como, pero hace que se sienta bien.
Un pequeño cuerpo de espíritu resuelto, inflamado por una idea ardiente, es más poderoso que un ejército.
Mahatma Gandhi
Un mundo donde el autocuidado y la autocompasión son prácticas comunes. En este mundo, seríamos más amables no solo con nosotros mismos, sino también con los demás y con el planeta que llamamos hogar.
Un hombre debe actuar como si fuera a vivir eternamente y planificar como si fuera a morir mañana.
Isaac Newton
En la Escuela ERA, llamamos a esto ser “orgánicos”. Significa respetar nuestro movimiento natural, aquello que nos sale de dentro de manera espontánea y auténtica, que respeta nuestro momento vital para expresar desde ahí todo nuestro potencial.
Honrar nuestro bienestar y vivir desde un lugar de expansión en lugar de contracción.
Entonces, ¿qué pasaría si todos tuviéramos esa prioridad? ¿En nuestras relaciones, en nuestro trabajo, en nuestro emprendimiento y en nuestro entorno?
¿Tal vez veríamos una transformación hacia la armonía y la paz?¿ Seríamos más compasivos, más creativos y más resilientes? En resumen, ¿seríamos una fuerza positiva para el cambio en el mundo?
Claro!!! No hablamos de un cambio inminente, no hablamos de la cultura de todo a golpe de “click”.
Hablamos de pasitos, donde es más importante la constancia y la perseverancia, tal vez hacerme a un lado, puesto que tal vez no seamos testigos directos de ese maravilloso cambio, pero y si lo hacemos pensando en los pequeños del hoy, en los que vendrán, en los adultos del mañana.
Aquí dejo estas preguntas, para que cada una se la responda, intuimos que las respuestas serán similares.
La próxima vez que te preguntes si estás lista para querer tu propio bien, recuerda que al priorizar tu bienestar, estás sembrando las semillas para un futuro más brillante y amoroso para ti y para todos los que te rodean.
Todo empieza por un SI hacia nuestro bienestar, a querer hacer las cosas de otra forma.
Yo decido un SI a pensar en esto, creer en ello y hacer lo que esté en mi mano para ello. ¿Y tú?
Si la respuesta es SI, te dejo tres ideas para poner en práctica:
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¡Comienza por ti mismo! Tómate un momento para reflexionar sobre qué acciones puedes tomar hoy mismo para priorizar tu bienestar físico, emocional y espiritual.
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Comprométete a practicar el autocuidado y la autocompasión diariamente. Haz una lista de actividades que te nutran y te hagan sentir bien, e intégralas en tu rutina diaria.
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Comparte este mensaje con tus seres queridos y motívalos a unirse a ti en el viaje hacia un mayor bienestar y conexión con lo que realmente importa en la vida.
Como siempre digo, quédate con lo que te suma y simplemente suelta lo que no resuena contigo. No tenemos que coincidir en todo. Soy una pequeña parte de este Gran Universo, compartiendo una pequeña parte de mi hacia ti, dejando libre todo lo demás. Caminemos ligeras.